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¿En que señales nos fijamos más a la hora de conducir y en cuáles menos?

Diversos estudios publicados consideran que son muy pocas las señales de tráfico en las que nos acabamos fijando cuando estamos conduciendo. Apenas 4: la de stop, la de ceda el paso, las que limitan la velocidad y aquellas otras que prohíben efectuar adelantamientos. Y los semáforos, que se suelen respetar bastante.

NOS FIJAMOS POCO Y MAL EN LAS SEÑALES Y SOLO SOLEMOS VER LAS DE STOP, CEDA EL PASO, LÍMITE DE VELOCIDAD Y PROHIBIDO ADELANTAR

El resto de señales parece que ni las vemos ni las respetamos, lo que es un grave problema de seguridad vial, ya que obviarlas resulta altamente peligroso. Entre ellas, destacan las que avisan de la llegada a una intersección peligrosa, las que alertan de la entrada a una zona de curvas o las que anuncian la posibilidad de que nos encontremos con animales en autovías y autopistas.

La repentina irrupción de animales en vías rápidas está generando problemas por toda España y, muy recientemente, en la A-23, la Autovía Mudéjar, en el tramo comprendido entre Valencia y la localidad castellonense de Segorbe.

A veces no nos damos cuenta de que nos hemos cruzado con una señal o de lo que esta dice, puesto que estamos abstraídos, pensando en nuestras cosas; otras, debido a que nos deslumbra el sol; o a consecuencia de que, si llueve de noche, nerviosos, tendemos a fijar la atención sobre el asfalto, por aquello de que, con el agua, el reflejo de la luz de los vehículos nos impide ver con claridad las marcas pintadas de blanco sobre la carretera.

En las ciudades, una buena decisión de los ayuntamientos sería la de colocar espejos de tráfico en los cruces, para facilitar la conducción.

Volviendo a la carretera, hay otros problemas. Según podemos leer en una información publicada en la revista de la Dirección General de Tráfico (DGT), hay señales que nos cuesta ver, ya que no se encuentran en buen estado y, por lo tanto, ni se leen bien, ni se aprecian con claridad ni resultan creíbles o inteligibles.

Tampoco son suficientemente grandes, en algunas ocasiones, ni están bien colocadas. Y también podríamos hablar de su deficiente reflectancia, que, muchas veces, hace que, cuando el faro de nuestro coche enfoca la señal, su contenido sea percibido de forma defectuosa.

UNA INFORMACIÓN PUBLICADA EN LA REVISTA DE LA DGT DICE QUE NO VEMOS BIEN LAS SEÑALES DEBIDO A QUE, MUCHAS VECES, ESTÁN VIEJAS, SE ENCUENTRAN MAL COLOCADAS, SON PEQUEÑAS Y TIENEN UNA DÉBIL REFLECTANCIA.

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, además, ocurre que, cuando conducimos, de repente, nos vemos rodeados por demasiados estímulos visuales, de los que, en ocasiones, resulta complicado abstraerse.

Es una sensación que no existe solo en España, sino que también se da en el Reino Unido, país en el que se ha abierto un debate sobre la conveniencia de suprimir o no la línea blanca central que delimita los dos sentidos de una carretera. Quienes defienden su eliminación consideran que, si se hiciera, los conductores irían más despacio, dado que sentirían inseguridad y esto les llevaría a aminorar la velocidad.